lunes, 7 de agosto de 2023

La Web partida en dos

La siguiente es una traducción al español del artículo Splitting the Web que fue publicado, en inglés, el 1 de agosto en el blog Ploum.net.
Me enteré de este artículo gracias a un retoot de Nick.

El autor del artículo es Ploum (Lionel Dricot), un escritor e ingeniero belga, desarrollador de GNOME, especialista en usabilidad de software, fundador del grupo Ubuntu Bélgica y aficionado al ciclismo y al buceo.

Hay una brecha cada vez más grande que divide a la web moderna. Por un lado, la web comercial, plagada de monopolios y adorada por los medios de comunicación. Una web con un solo un objetivo: que demos clics. Mide los clics, los optimiza, los consigue. Recopila toda la información que puede sobre nosotros y nos bombardea cada segundo con anuncios, pitidos, notificaciones, vibraciones, LED parpadeantes, música de fondo y títulos fluorescentes.

Una web que se reduce a Idiocracia en un paisaje de Blade Runner, una completa distopía ciberpunk.

Luego está la web de los conocedores tecnológicos. De gente que instala bloqueadores de publicidad o navegadores alternativos. De gente que prueba redes alternativas como Mastodon o, Dios no lo quiera, Gemini. Los que se burlan de la web moderna creando páginas con HTML puro y sin JavaScript.

Entre esos dos extremos, la brecha es cada vez mayor. Hay que elegir bando. Al navegar por la web “normal”, cada vez más, es necesario desactivar al menos parte de los bloqueadores de funciones para acceder a los contenidos.

La mayoría de las veces, ya ni me molesto. ¿El enlace en el que di clic no se abre o está bloqueado? Sí, probablemente estoy bloqueando algún importante JavaScript de terceros. No, no me importa. De todos modos, tengo mucho que leer cada día. Más tiempo para otra cosa. Actualmente estoy usando kagi.com como mi motor de búsqueda principal en la web. Y kagi.com viene con una interesante característica, un “lente no comercial” (lo cual es algo irónico dado que Kagi es, en sí mismo, un motor de búsqueda comercial). Con esa opción, intenta postergar los contenidos muy comerciales. También se pueden posponer manualmente algunos dominios. Como facebook.com o linkedin.com. Si publica en ellos, es menos probable que yo lo lea. Ni siquiera he hablado de las veces que uso marginalia.nu.

Algo extraño está pasando: no es solo que una parte de la web está desapareciendo para mí. Como estoy bloqueando completamente Google Analytics, todos los dominios de Facebook y cualquier analítica que pueda, también estoy desapareciendo para ellos. ¡Yo no los veo y ellos no me ven a mí!

¡Piénselo! Toda la “web de Masters en Administración de Empresas, diseñadores y profesionales del marketing” ahora está optimizada gracias a las analíticas que describen el comportamiento de personas que no bloquean las analíticas (y de bots que se hacen pasar por esas personas). Cada día me siento más desconectado de esa parte de la web.

Cuando no tengo más remedio, lidiar con esos sitios web me resulta tan molesto que a menudo recurro a... una llamada telefónica o un simple correo electrónico. Mi contrato de telefonía móvil lo realicé a través de un intercambio de correos electrónicos con una persona real porque el sistema de registro no estaba funcionando. Telefoneo para reservar una habitación de hotel si el procedimiento en su sitio web no es simple y directo o si require de la creación de una cuenta. Odio tener que hablar por teléfono, pero me ahorra mucho tiempo y estrés. También voy caminando o en bicileta a los comercios en lugar de hacer pedidos por internet. Esto me permite recibir asesoramiento o cambiar artículos defectuosos sin tener que lidiar con la oficina de correos.

A pesar de haberme distanciado de lo que pareciera ser “la Web”, nunca había recibido tantos correos electrónicos con comentarios sobre las entradas de mi blog. Rara vez había tenido tantas conversaciones en línea interesantes como las que tengo en Mastodon. Tengo decenas de contenidos sagaces para leer cada día en mis fuentes web, en Gemini, en Hacker News, en Mastodon. E, increíblemente, muchos de ellos son de blogs minimalistas y útiles. Lo gracioso es que cuando usuarios no-técnicos ven mi blog, o aquellos que estoy leyendo, espontáneamente me comentan sobre lo bonitos y útiles que son. Es un poco como que todas esas capas de JavaScript y de rimbombantes CSS se han aplicado contra la utilidad, contra los usuarios. Contra nosotros. Es un poco como que a los usuarios reales no les importa los “diseños geniales” y solo quieren algo simple.

Da la sensación que actualmente todos están eligiendo un bando. Ya no se puede estar más en el centro. O le dedica toda la capacidad de su CPU a ejecutar JavaScript para que lo rastree o escapa de los grandes monopolios. O cobra para crear gigantescas marquesinas publicitarias sobre algún otro entorno de trabajo o escribe HTML a mano.

Quizás la web no está muriendo. Quizás solo se está partiendo en dos.

¿Conoce la famosa “dark web” sobre la que los periodistas anhelan escribir? (una vez, ante mi consulta, un periodista me dijo que, para él, la “dark web” eran “los sitios web a los que no se puede acceder a través de una búsqueda de Google”). Si es así, a veces siento que soy parte de esa “dark web”. No para comprar drogas o para contratar a un sicario. No. Es solo para tener un lugar donde mantener discusiones sin ser espiado e interrumpido por avisos publicitarios.

Pero, cada vez me siento menos ajeno.

No soy yo. Es la gente que vive por y para la publicidad quienes son los ajenos. Son ellos los que destruyen todo lo que tocan, incluyendo al planeta. Son ellos los enfermos sicópatas y no los quiero más en mi vida. ¿Nos estamos separando de los obsesionados con emboscar a sus “clientes” para que hagan “acciones valiosas”? Adiós. Diviértase con ellos.

Pero si quiere bajarse de esa ola, ahora es el momento de volver a la web simple. ¡Bienvenido de nuevo a bordo!

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