jueves, 12 de enero de 2023

Linux “gratis” y caridad Linux

En la columna “My Opinion” (páginas 45 y 46) de la edición #185 de la Full Circle Magazine, de setiembre pasado, el incansable Erik escribió una muy interesante reflexión sobre donaciones, gratuidad, valor percibido, Linux y Windows.
Todo desde su experiencia preparando equipos con Linux para enviar a países africanos.
Aquí va mi traducción libre de ese artículo:

Como quizás ya sepa, trabajé para un fabricante de equipo original (OEM, por sus siglas en inglés), suministrábamos máquinas a grandes entidades, como gobiernos, y tuve que tratar con funcionarios gubernamentales en relación con ordenadores para escuelas, etc.
Una de sus tácticas favoritas es elegir las máquinas más baratas con Linux e incumplir el acuerdo tan pronto como se vence el pago, sin tener en cuenta el contrato, insistiendo en que querían Windows ya que les estamos vendiendo productos ¡SUBESTÁNDAR! en forma de Linux. (Hay que recordar que a estas personas se les regala basura de Microshaft, colgantes promocionales, memorias flash, tazas, etc, que Linux no da).

Este tipo de cosas se extendió a las grandes empresas para las que solía trabajar, que donaban sus viejas estaciones de trabajo a las escuelas, y en las que yo instalaba SkoleLinux (o PCLinuxOS) para las escuelas y configuraba todas las cuentas y software necesarios antes de enviárselos (esto es mucho trabajo, por cierto). Por lo general, en una semana, esas máquinas ya tenían copias piratas de Windoze instaladas, con la “excusa” de que los niños tienen que aprender a utilizar lo que se utiliza en un negocio “real” (*).

Una vez más: enviaba aulas-autocontenidas, completas, en portátiles Linux (al estilo de la iniciativa OLPC) a varios países africanos, para encontrar que aproximadamente en una semana ya no se podía hacer la administración remota. Los equipos habían sido recargados con Windows, no solo volviendo inútil la iniciativa, sino que convirtiendo a los equipos en tortugas tratando de escapar a nado en manteca de maní. Los destinatarios percibían que les estaba tirando algún sistema operativo para mantener a los niños en la retaguardia, en lugar de ser al revés. Pero la realidad era que ellos mismos (los receptores) cargaban, por ejemplo, Windows 7 con Office 2010 en una máquina con 512 MB de memoria y una pequeña unidad flash, hecha para Linux, NO para Windoze. Y entonces yo era el gran malvado, etiquetado como un vertedor de basura en África.

Existe la percepción bastante extendida de que Linux es inferior porque no funciona con X, Y o Z. Aunque el núcleo de Linux probablemente ejecuta más dispositivos que cualquier otro sistema operativo, pero a los usuarios no les importa y sus opiniones están centradas en sí mismos: quieren entrar en su Walmart local (o la tienda que sea), elegir la impresora (o cualquier otro periférico) más barata y de baja calidad, sin atender a la compatibilidad, irse a casa y que el aparato funcione.
Aquí Microshaft, con su abundante billetera, gobierna el gallinero, pagando a los fabricantes para conseguir ese logotipo de “Works with Windows” en sus productos y consiguiendo los controladores (drivers). Una vez que se han hecho con el monopolio, la torta se da vuelta y son los fabricantes los que tienen que pagarle a Microshaft para obtener la certificación. Sin embargo, la cueva del conejo es aún más profunda.

Ahora la opinión impopular

No me malinterprete, esta gente que recibe los equipos posa para las fotos y sonríe, etc. (siempre que las cosas sean gratis) y hablan mal de ti en cuanto te vas. Solía verlo todo el tiempo cuando trabajaba en la gestión de proyectos de logística para bienintencionadas organizaciones europeas. De todos modos, algunos siguen donando, a pesar de todo. Por ejemplo: los Centros ABET (Educación y Formación de Adultos).

Los ordenadores son robados la noche siguiente a la entrega, y se envían más, y este proceso se repite hasta que se los encuentra en montones de basura, ya que el mercado de receptación está saturado (extrañamente, esto no impide que se sigan robando o que los donantes dejen de enviar).
Como se las ve como “limosnas”, y nadie trabaja por ellas, no hay incentivos para cuidarlas.
Entiendo la caridad, pero creo que debería haber algo a cambio (no tiene por qué ser dinero) para dar un valor a los PCs Linux donados con buena intención.

Así que esa es mi opinión, Linux se percibe como sin valor (y Windows como valioso) porque todos estos PCs “gratis” vienen con él.
(Mi opinión se basa en proyectos en África, desde Uganda hasta Angola y muchos lugares intermedios, pero no puedo opinar sobre lugares en otros continentes).

Mi razón para decir esto es que durante uno de los Linux Days de Mark Shuttleworth repartimos CDs gratuitos, para encontrar el 80% de ellos en la basura del centro comercial en el que estábamos.
Al día siguiente los “vendimos” por un donativo de 50 céntimos y, entonces, ya no aparecía ninguno en la basura. Ahora tenían un “valor”, por pequeño que fuera, era “valioso”.

¿Soy demasiado duro? ¿Lo veo mal? Al fin y al cabo, sólo es una opinión.


(*) Hace añares, un comentario similar a éste me llevó a escribir un texto que, luego, se convirtió en la primera entrada de este blog.



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